"El acuerdo que habíamos hecho para mí ya no corre, está finalizado". Así de concluyente fue Hugo Moyano para ponerle punto final al Pacto de Avellaneda entre el oficialismo y la Agrupación Independiente (con el sindicalista entre sus filas), y otros opositores y empresarios que habían ofrecido un aporte económico a cambio de tener participación en el manejo de fútbol y de llamar a elecciones adelantadas. "El Gobierno se metió y quedó todo en la nada. Con ellos ahí, es difícil que Moyano pueda ingresar a Independiente", aseguró, justamente, Moyano en Radio Mitre.
Cuando parecía que el acuerdo iba a tener un final feliz, Moyano tomó la palabra. Y se derrumbó sorpresivamente. La Comisión Directiva, con el presidente Javier Cantero a la cabeza, ya se habían puesto de acuerdo para reunirse y debatir -y definir-, la fecha en que se realizarán las elecciones anticipadas. El oficialismo pretendía que lo comicios se lleven a cabo en septiembre, mientras que el grupo opositor, que ofreció una ayuda económica para ponerse al día con las deudas del plantel y los empleados, exigía que se efectúen en julio.
Independiente está sumergido en una crisis institucional y futbolística. Porque mientras la novela del Pacto de Avellaneda va sumando capítulos, el equipo que dirige De Felippe no puede encaminar el rumbo. El sábado igualó con Unión en Santa Fe y la victoria de Instituto sobre Sarmiento lo desplazó del tercer puesto de la B Nacional. El Rojo está cuarto, afuera de la privilegiada lista de los tres clubes acreedores a pasaje a la categoría máxima del fútbol argentino.
CLARÍN
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