PALABRA SANTA 2

Hay tipos que tienen angel, que están llamados a ser héroes. Cada quien a su modo, unos lo hacen salvando vidas, otros criando hijos y algunos jugando al fútbol. Después se podrá analizar si vale lo mismo, pero si se le pregunta a los hinchas de Independiente, a esos que gritaron el gol de Lucas Pusineri hasta reventar seguro no notarán diferencia. Como ante Boca en el 2002, Pusi volvió a meter la cabeza para salvar al Rojo, este no valió un campeonato pero sirvió para aplacar los ánimos y traerle tranquilidad a un equipo que hasta ayer no le daba un lugar para jugar. "Este partido era un arma de doble filo", reconoció el volante.Lo anticipó en la semana, que había cosas que prefería callar para no lastimar a nadie. La procesión va por dentro y lo que Lucas no dijo por respeto los que pueden estar cerca de él de algún modo, lo entienden. Y algo dejó trascender luego del triunfo ante Racing "no lo siento como una revancha, pero sí que este partido era un arma de doble filo. Si las cosas no nos iban bien íbamos a ser una vez más los representativos del equipo los máximos culpables y hoy fuimos los que tuvimos mucho que ver. De hecho los pibes nuestros fueron los que salieron medios lastimados, así que estoy orgulloso de haber ganado".Por una cosa o por otra Lucas no había visto acción en lo que iba del torneo. Sentadito en el banco vio el empate con Vélez y la derrota en Tucumán y estaba clarito que durante la semana se olfateaba que iba a jugar. Incluso él mismo. Le tiraron el hierro caliente y el volante la agarró con las dos manos, como siempre sacando la cara en las buenas y en las malas, sin preguntar, sin protestar, como debe ser. Es cierto que Lucas no tiene la cinta de capitán en el brazo, pero eso no importa, la tiene tatuada en el corazón. Así fue que señaló "esto es una alegría enorme haber ganado el clásico por como veníamos, porque en el campeonato anterior las cosas no las habíamos hecho bien y esto es una alegría para este plantel bastardeado en las últimas semanas y para la gente que pudo ver al equipo ganar y jugar bien. También para la gente que estuvo al lado mío cuando las cosas tal vez no son de color de rosa, este triunfo es para ellos". El salto, el cabezazo, el gol trajeron al Ducó un recuerdo imborrable, el gol a Boca en el 2002, ese que valió un campeonato. Por tal motivo Lucas expresó "fue parecido al de Boca, ja pero por suerte sirvió para ganar. Recién comenzaba el partido y poder hacer el gol en lo que fue el comienzo de la victoria ante Racing fue gratificante". En tanto que además confió alguna intimidad "ayer no pude dormir, por lo general los clásicos me trastornan y ni a mi compañero de pieza dejo tranquilo. Por suerte lo que soñé se hizo realidad, los ruegos de todas partes fueron escuchados".