Garnero admitió que las atajadas de Navarro en el 2-0 en Mendoza le generaron dudas en el arco, pero el Apertura lo arrancará Gabba.
Independiente cerró en Mendoza su preparación de cara al Apertura, con más inquietudes que certezas. En el 2-0 ante Independiente Rivadavia se vio un equipo con poca conectividad entre las líneas, con Germán Pacheco jugando a una velocidad mayor que la de sus compañeros y con un rival que desnudó falencias en la defensa. Pero si hay algo a lo que el Rojo tiene acostumbrado a sus hinchas es de contar, siempre, con guantes que responden. “Estos partidos no sirven para aclarar el panorama, seguir mejorando y subsanar errores. Me gustaron varios puntos. Se lo vio muy seguro al arquero. Hilario me creó un problemita para saber quién va a ser titular”, se sintió en aprietos Daniel Garnero.
Navarro jugó porque Adrián Gabbarini, quien a pesar de los dichos de Garnero arrancará atajando en el Apertura (el domingo, ante Vélez), se sentó en el banco por una lumbalgia que le impide entrenarse con normalidad desde hace una semana. Aunque, si el mendocino llegara a ser vendido, el correntino quedó bien posicionado para adueñarse de los tres palos, por delante de Fabián Assmann.
Hilario tuvo tres intervenciones claves para aguantar el cero. En el primer tiempo, pasó zozobra con un centro desde la izquierda de Mauricio Ferradas, que dio en el travesaño. Y al toque se recompuso mandando al córner un bombazo desde 30 metros de Claudio Fileppi. En el complemento, el ex Racing lo volvió a exigir: tras combinar con Diego García (la devolvió de taco), le dio rosca a su zurda desde la derecha, y otra vez Hila la sacó. Y por último se lució tapándole un mano a mano a Ferradas. Josué Ayala, su colega en la Lepra, también se revolcó seguido, pero falló en cortar un córner que pateó Fredes, y Maxi Velázquez, de cabeza, puso el 1-0. Y 120 segundos después (42’ST), en una contra, combinaron Mancuello-Pato-Pacheco, y el del Aleti, nada egoísta, asistió a Mancu, quien sólo debió empujarla.
Pero más allá de esa buena jugada colectiva, Garnero reflexionó: “Falta hacer mucho hincapié en lo técnico: todavía no hay precisión en los pases y en velocidad. Lograr eso lleva un poco más de tiempo”.
DIARIO OLE
Independiente cerró en Mendoza su preparación de cara al Apertura, con más inquietudes que certezas. En el 2-0 ante Independiente Rivadavia se vio un equipo con poca conectividad entre las líneas, con Germán Pacheco jugando a una velocidad mayor que la de sus compañeros y con un rival que desnudó falencias en la defensa. Pero si hay algo a lo que el Rojo tiene acostumbrado a sus hinchas es de contar, siempre, con guantes que responden. “Estos partidos no sirven para aclarar el panorama, seguir mejorando y subsanar errores. Me gustaron varios puntos. Se lo vio muy seguro al arquero. Hilario me creó un problemita para saber quién va a ser titular”, se sintió en aprietos Daniel Garnero.
Navarro jugó porque Adrián Gabbarini, quien a pesar de los dichos de Garnero arrancará atajando en el Apertura (el domingo, ante Vélez), se sentó en el banco por una lumbalgia que le impide entrenarse con normalidad desde hace una semana. Aunque, si el mendocino llegara a ser vendido, el correntino quedó bien posicionado para adueñarse de los tres palos, por delante de Fabián Assmann.
Hilario tuvo tres intervenciones claves para aguantar el cero. En el primer tiempo, pasó zozobra con un centro desde la izquierda de Mauricio Ferradas, que dio en el travesaño. Y al toque se recompuso mandando al córner un bombazo desde 30 metros de Claudio Fileppi. En el complemento, el ex Racing lo volvió a exigir: tras combinar con Diego García (la devolvió de taco), le dio rosca a su zurda desde la derecha, y otra vez Hila la sacó. Y por último se lució tapándole un mano a mano a Ferradas. Josué Ayala, su colega en la Lepra, también se revolcó seguido, pero falló en cortar un córner que pateó Fredes, y Maxi Velázquez, de cabeza, puso el 1-0. Y 120 segundos después (42’ST), en una contra, combinaron Mancuello-Pato-Pacheco, y el del Aleti, nada egoísta, asistió a Mancu, quien sólo debió empujarla.
Pero más allá de esa buena jugada colectiva, Garnero reflexionó: “Falta hacer mucho hincapié en lo técnico: todavía no hay precisión en los pases y en velocidad. Lograr eso lleva un poco más de tiempo”.
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