Casi afuera de todo, sin embargo, es un partido muy importante el que hoy va a disputar Independiente.
Es un partido que, si lo gana, le permitirá pararse firmemente y lograr algo realmente propio de un grande: 4 clásicos ganados en un mismo torneo y en calidad de visitante. Además, sería ciertamente decisivo para consolidar una muy ansiada racha positiva frente a Boca Juniors, que comienza a insinuarse.
Es un partido que forma parte de la historia, pero en el que jugamos por y para la historia, y no creo ser exagerado.
Es un partido que, para mí, y soy conciente del carácter totalmente subjetivo de esta afirmación, está por encima, al menos hoy por hoy, de cualquier otro partido. Que pone en juego, si no una clasificación, si no un título, la grandeza misma; que nos plantea el desafío -y cómo habríamos de esquivarle el bulto- de demostrar que volvemos a tomar las riendas y a ser el más grande de la Argentina.
No es poco. Por el contrario, es mucho.
Es nuestra identidad misma la que hay que ratificar esta noche.
Es la oportunidad de poner de manifiesto que aquí estamos, una vez más, los Diablos Rojos, imponiendo respeto a fuerza de fútbol y de hombría.
Y nadie me lo va a sacar de la cabeza, de ninguna manera...
El de esta noche es un partido fundamental... -y vamos a ganarlo. Estoy seguro.
P.D.: algún gol Rojo va a llegar desde el banco, tengo la corazonada... ¿Será el del 3-1?
JMS
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