Darío Gandín la había metido con suspenso. Después de que Nicolás Peric, de gran actuación, no consiguiera desviar lo suficiente ese centro de Martín Gómez, el Chipi había agarrado el rebote. Su definición, mordida, casi se queda en el guante izquierdo del arquero de Argentinos. Pero era el 1-0. Era el gol que le daba a Independiente una inyección de esperanza para alcanzar el milagro del título. Era... Pero no fue. Porque enseguida, cuando iban 44 minutos del segundo tiempo, Facundo Coria ejecutó un centro con mucha rosca, Acevedo se resbaló y Gonzalo Prósperi, en el segundo palo, cabeceó solito. La pelota se metió en el palo más cercano a Gabbarini, quien tardó en reaccionar. Y fue empate. Y fue, prácticamente, el adiós del equipo de Gallego, que quedó a seis puntos de Banfield con un partido más. Así, el Bichi Borghi se llevó un punto del Libertadores de América. De nada, ahora, sirve lamentar el gol que se perdió Silvera en el primer tiempo, después de un cabezazo limpito que Peric desvió de manera majestuosa. Fue 1-1. Independiente se despidió. Hasta la próxima... (OLE)
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