Avellaneda tiene 3 clubes cuyos equipos juegan en Primera División: Independiente, Racing y Arsenal. Y, por lo tanto, posee 3 estadios donde todos los fines de semana recibimos turistas y público local que merece ser tratado con respeto y sin violar sus derechos. Sin embargo, para ciertas "organizaciones" es la oportunidad perfecta para cometer abusos. En primer lugar, los célebres "cuida-coches", que parecen intocables ante el atropello que cometen dañando los automóviles de aquellas personas que se niegan a pagarle entre 15 y 20 pesos por estacionar. Este "peaje" y cobro ilegal del estacionamiento es cobrado en las propias narices de los centenares de policías afectados a la seguridad deportiva.
Ya dentro del Estadio, sin importar el club, se comete el segundo abuso: el precio de las bebidas y comestibles y venta ambulante en general. Una pequeña, solitaria y raquítica hamburguesa, por ejemplo, cubierta por dos mitades de un pan endeble y de dudosa procedencia, cuesta nada menos que 8 pesos. Si uno pretende, además, bajar ese cúmulo de grasa con alguna bebida, un pequeño vaso de "gaseosa" compuesto un 80 por ciento por cubitos de hielo y el 20 por ciento restante por un líquido del color de la más conocida bebida cola, se cobra 7 pesos. Lo mismo, un vaso de agua. Si se pretende que la familia vuelva a los estadios, no se debe garantizar únicamente seguridad, cosa bastante complicada cuando cada efectivo policial cobra por la jornada completa que comienza dos horas antes del espectáculo y termina dos horas después, la suma fija de 50 pesos. La seducción de la familia a los estadios de fútbol tiene que ver además con el nivel de respeto y de protección de la economía. Semejantes valores son prohibitivos para la mayoría de las personas que pretendan llevar a sus hijos a un estadio, contando las entradas correspondientes (o cuotas sociales al día) y un pequeño aperitivo en al menos 3 horas de permanencia dentro del estadio. Haga cuentas. Estando esos puestos de venta dentro de los estadios que pertenecen a asociaciones civiles llamadas Racing, Independiente y Arsenal, debemos suponer que los permisos para venta y explotación son otorgados por los dirigentes de dichas entidades, que tendrían que dar una explicación pública sobre los criterios de concesión de esos puestos de saqueo al bolsillo de socios y espectadores.
Pero el Municipio y la Provincia, en tanto representan al Estado, también deberían estar presentes donde se cometen los abusos, sin esperar que se perpetren sino previniendo que nadie sea ultrajado. Previniendo que ningún "cuida-coches" destroce el auto de quien se niega a pagarle o que una mini hamburguesa escuálida y una gaseosa cuesten 15 pesos. Como consideramos que el periodismo no es solamente un oficio de denuncia, sino también de propuesta, nos parecería recomendable que puestos de la Dirección de Defensa al Consumidor sean colocados fuera y dentro de los estadios, según los clubes que jueguen de locales en cada fecha. Así, al menos, la gente sentiría que tiene un espacio donde denunciar y que el Estado está presente para impedir los abusos y no únicamente para numerar expedientes una vez cometida la falta. No es una idea brillante ni original ¿No se le ocurrió a nadie hasta hoy? ¿Tan complicado es hacerlo?
De: Periódico El Vigía
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